Esta es la historia del Monumento a la Mar en Cali, construido en el año 2004 en honor a los Héroes caídos de la Armada de Colombia y recientemente restaurado por los PORA.
Con el firme propósito de construir un monumento en honor a nuestra Armada de Colombia y al Pacífico Colombiano, finalizando el año 2004 los Profesionales Oficiales de Reserva de la Armada del Pacifico unieron sus esfuerzos para construir un monumento, bajo el liderazgo del señor Capitán de Navío RVA Manuel Ignacio Ruiz Benitez.
Es así como se contacta al señor Fernando Orozco Monje, dueño del restaurante “El Corzo” en la ciudad de Cali, para solicitare la donación de una de las dos anclas que tenía en su poder y que habían sido de una embarcación construida en 1902 en Belfast, la cual había navegado llevando insumos militares en la primera guerra mundial, barca. El propósito de gestionar esta donación era la construcción del monumento.
Con esta donación surgen muchas ideas para el diseño y la tarea más difícil: encontrar el lugar apropiado para su ubicación. Se procedió a tramitar los permisos exigidos ante la Secretaría de Planeación de la ciudad de Cali, siendo asignado un espacio entre la Avenida 4 Oeste y la Avenida 15 Oeste, lugar estratégico situado en la salida a la vía al Mar.
Con la autorización del comandante de la Fuerza Naval del Pacífico de la época, el señor Almirante Jairo Javier Peña Gómez, se inicia la construcción. El señor Capitán de Fragata RVA Andrés Felipe Rengifo Bernandi, Ingeniero Civil de profesión, presta la maquinaria e inicia la construcción de la base para el monumento. Con las donaciones realizadas por todos los Profesionales Oficiales de Reserva, donaciones de las empresas como Grúas del Occidente, Goodyear y de Dimar, se logra finalmente conseguir todo el material necesario para la construcción que tardaría seis meses.
Su inauguración se realiza el 19 de octubre de 2005 en conmemoración al descubrimiento de América y con la participación de los cuatro colegios militares de la ciudad en la época, grandes personalidades del sector público y privado, los Profesiones Oficiales de Reserva y el personal de la Fuerza Naval del Pacífico.
Este monumento, que fue acogido por los caleños como “El Ancla”, sufrió varios daños por parte de la llamada primera línea de la comunidad durante el paro nacional; situación que movilizó una vez más a los PORA y a la Armada de Colombia, a desarrollar acciones para su restauración, logrando mantener el monumento de nuevo en excelente estado, digno como homenaje a los héroes de la mar que han dado la vida por el país.